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La IA es un tsunami, llego para quedarse y evolucionar por su misma naturaleza. Siempre tenemos la posibilidad de responsabilizarnos de nuestras decisiones; desde mi perspectiva con la IA hay dos opciones:
Opción 1. Renegar de la IA, echar culpas y victimizarnos porque no la comprendemos, lo cual implica que me arrastre el tsunami.
Opción 2. Tomar acción y aprender de la IA en cualquiera que sea nuestro ámbito profesional, es decir, subirnos en una tabla de surf, balsa o barco y transitar con el tsunami.
Es una realidad que existe una brecha por recorrer en materia de legislación para el uso responsable de la IA, pero esto último es algo que por ahora no esta bajo nuestro control.